A pesar de sus diecinueve años, Lauren Izquierdo, conocida así por sus seguidores, posee un largo historial. Propietaria del blog de moda reivindicativa Talla Treinta y Ocho y estudiante actual de periodismo, Lauren ha demostrado que el tiempo es algo que se puede aprovechar al máximo.
Si tuvieras que definirte en un adjetivo, ¿cuál utilizarías?
Pf… ¡Qué complicado! Me gustan muchos los adjetivos. Mi madre dice que soy única en mi especie, mis amigos que soy una dramas y muchos de mis seguidores suelen decir que soy muy espontánea y natural. Así que yo diría que extrovertida, extrovertida y algo pasional. Suena elegante y podríamos decir que lo engloba todo.
¿Cuándo decidiste meterte al mundo de los blogs?
Desde los quince años tengo una imperiosa necesidad por escribir lo que pienso, lo que siento y sobre lo que me gusta. Talla Treinta y Ocho es el resultado de un montón de blogs que abría y cerraba constantemente. Escribo principalmente sobre los looks que uso para salir a la calle, para asistir a eventos, sobre desfiles, pero no acaba ahí la cosa; también escribo sobre lo que siento o sobre lo que pienso. Pensé: alguien lo leerá. Llevo dos años y tengo más de 54 000 visualizaciones. Finalmente, alguien lo leyó.
«no creo que la autenticidad sea algo que se busque. Si lo haces, lo más probable es que acabes pareciéndote a otra persona. Para mí, ser auténtico es ser uno mismo»
¿Por qué crees que has tenido tanto éxito?
Yo no lo llamaría éxito. El éxito es algo que no sé si llegará algún día. Ni siquiera sé si quiero que llegue. Me considero una persona bastante constante, y creo que la clave de esa cantidad inesperada de visitas es que nunca he dejado de ser yo misma, bajo ningún concepto. Es demasiado fácil sentirse identificada conmigo. Lo que ves es lo que hay. Soy una chica del montón. Es decir, tú podrías ser yo. Cuando decides meterte en este mundo, sabes que te vas a enfrentar a críticas destructivas y a comentarios hirientes, y has de conseguir que no te importen, al menos no demasiado.
¿Y cómo se consigue eso?
No lo tengo muy claro. Ahí me has pillado. Al principio cuesta un montón porque no sabes muy bien que está pasando, ni por qué esa persona que no te conoce de nada te está ofendiendo. Dicen que para sobrevivir en el mundo de los blogs, Instagram o Youtube, hay que buscar ‘ser auténtico’, pero francamente no creo que la autenticidad sea algo que se busque. Si lo haces, lo más probable es que acabes pareciéndote a otra persona. Para mí, ser auténtico es ser uno mismo. Alguien me dijo una vez que las opiniones son como los culos, todo el mundo tiene una; no puedo estar más de acuerdo. Es curioso porque al mismo tiempo también recibo mensajes de muchos chicos y chicas que me dan las gracias y que me dicen que soy un modelo a seguir. Lo agradezco, y la verdad es que me hace mucha ilusión, muchísima, pero no creo que nadie tenga que dar las gracias a otro por ser uno mismo. Vivimos en un mundo en el que no puedes decir que te quieres o en el que no puedes reconocer públicamente las cosas que haces bien, solo las cosas que haces mal; y no te pases porque te conviertes en una victimista. Parece ser que infravalorarte es lo normal. Si no lo haces, eres una creída a la vista de muchos. Es algo que no tiene sentido. Solo hago lo que me gusta. No entiendo por qué no todo el mundo hace lo mismo.
¿Qué piensas de la comuna hater?
El odio me parece un sentimiento cobarde. Aburrimiento, incomprensión o incluso ignorancia es lo que hace que llenes el correo de alguien con comentarios innecesarios y que no vienen a cuento. Pero los haters son necesarios. Si alguien se toma la molestia de saber de ti y de malgastar algo tan valioso como es el tiempo en decirte tres adjetivos que probablemente no sepa ni que significan, es que algo estarás haciendo bien. ‘Odiar a alguien’ es demasiado fácil. Odiamos y manifestamos nuestro odio con tanta facilidad que incluso a veces asusta. Sin embargo, nos cuesta horrores decir ‘te quiero’. Es triste, ¿no te parece?
Actualmente estás estudiando periodismo, ¿es como imaginabas?
Solo he cursado un año, por lo que no puedo afirmar que sea fielmente la imagen que tenía en mente, pero no me he llevado una decepción con la carrera, si es a eso a lo que te refieres. La Universidad es una etapa maravillosa, cada día estoy más convencida. Tengo asignaturas y profesores que me gustan más y otros que me gustan menos. Lo que no cambiaría por nada del mundo son los amigos que he hecho aquí. Se han convertido en mi segunda familia. Están ahí para cualquier cosa, y los momentos que te regalan, los cafés entre clase y clase, las risas, e incluso nuestras inquietudes más íntimas son las pequeñas cosas que me hacen darme cuenta que es aquí donde quiero estar.
¿Y qué me dices de Madrid? Ha debido ser un cambio bastante grande el pasar de un pueblo a una ciudad como esta.
Sí, pero no me ha costado nada adaptarme. Me gustan los cambios. Además, desde bien pequeña siempre he sentido una conexión muy especial con Madrid. Está vivo a todas horas, y eso es algo que me apasiona. Es bonito de día y es precioso de noche. Hay mucha diversidad, todo el mundo es distinto: conviven razas y conviven clases sociales, todas ellas diferentes entre sí, y hay tanta cultura, tanta emoción, tanta pasión en las calles, tantos sueños, frustraciones, decepciones e ilusión por todas partes. Es impresionante, es maravilloso.
«Todo lo que escribo son historias del día a día. El final siempre es inesperado, odio los finales predecibles»
¿De dónde sacas toda esa inspiración para escribir artículos, relatos, novelas…?
Aunque suene muy cursi diré que, por suerte o por desgracia, todo me inspira. Desde lo más cotidiano hasta el acontecimiento más impactante. Muchas veces estoy hablando con mis compañeras de piso y las abandono porque he tenido una idea para continuar una historia. Otras veces tengo sueños que terminan convirtiéndose en capítulos completos de mis libros. Mis novelas, mis artículos, mis relatos… Todo lo que escribo son historias del día a día. El final siempre es inesperado, odio los finales predecibles. Las protagonistas son mujeres que no tienen miedo a nada y que luchan por lo que es suyo. Eso sí, siempre van bien vestidas, todo hay que decirlo.
¿Qué te aporta la moda a tu día a día?
Lo mismo que a un artista el arte, que a un chef la cocina o que a un padre o a una madre sus hijos. Por suerte o por desgracia, he encontrado en la moda algo que no había encontrado en ninguna otra cosa, y por moda no me refiero a un par de zapatos o al último desfile de haute coture, por moda me refiero a mucho más. El concepto es mucho más amplio de lo que tendemos a pensar. Casi siempre lo expreso a través del blog. Además, ahora somos un equipo. Nada tendría sentido sin mi fotógrafa Beatriz Jericó. Mis entradas y mis artículos tienen sentido por sus maravillosas fotos, fotos como estas. Es una gran profesional y una gran amiga. Tiene un talento innato y siempre me está proponiendo cosas. Tiene iniciativa. Eso me encanta, porque en la moda, al igual que en el arte, se requiere cierta sensibilidad.
En tu blog, Talla Treinta y Ocho, dices que la moda es un concepto que muy poca gente entiende…
Totalmente y no solo eso, sino que, dentro de las personas que la entienden, las interpretaciones tienden a no ser las mismas. Como ya he dicho antes, la moda y el arte están relacionados, y al igual que puede que tú y yo no comprendamos de la misma manera un cuadro impresionista de Monet, quizás discrepemos en la manera de ver Cour de Miracles de David Delfín.
¿Crees que la moda es un mundo elitista?
La sociedad en la que vivimos ya es elitista de por sí. Los coches, la publicidad… Hay muchas personas que opinan que la moda low cost no es moda, pero con todos mis respetos, eso me parece ridículo. Nadie se exime de la industria de la moda. Todo el mundo consume moda a diario, hasta el que no quiere hacerlo. Mientras no seamos elitistas como personas, todo irá bien.
Y los cánones que promueve actualmente la moda, ¿qué opinas de ellos?
Son horribles. Horribles, denigrantes, insultantes e irritantes. Eso sí, debo confesar que me frustra que se acuse a la industria de la moda como única responsable, cuando la industria textil y fashionista es sólo otra empresa más, que promueve y expone lo que la sociedad demanda. Claro que es responsable, pero no es la única. Si no estás de acuerdo con los cánones preestablecidos, lucha por cambiarlos; no llames a una chica gorda porque use una talla cuarenta, ni cuelgues un tuit diciendo que estás #irritado y #harto de ver las burradas que suceden en las pasarelas o en los escaparates de las tiendas. A cualquier persona con dos dedos de frente le da rabia que esto suceda, pero los cambios no se consiguen con un tuit lleno de hastags. Por suerte, pienso que muchas firmas están abriendo los ojos y esta situación por fin comienza a cambiar, pero es solo el principio; todavía nos queda mucho por luchar.
«Si no estás de acuerdo con los cánones preestablecidos, lucha por cambiarlos; no llames a una chica gorda porque use una talla cuarenta, ni cuelgues un tuit. Los cambios no se consiguen con un tuit lleno de hastags»
¿Cuál es tu mayor referente?
También tengo muchos referentes. Cualquier persona que sea fiel a sí mismo y que haga las cosas con pasión y humildad, se convierte en un referente para mí. Podría citar a Audrey Hepburn, Valentino, Chanel, David Delfín, Mónica Carrillo, Risto Mejide, Los Javis, Alexa Chung, pero al final, siempre terminaría citando a mis padres. Ellos son todo lo que soy.
¿Crees que estás cumpliendo tu sueño?
No. Los sueños son sueños porque no llegan a ser otra cosa. Yo no tengo sueños, tengo objetivos; y no sé si lo conseguiré, pero estaría bien lograr alguno.
La última: ahora tienes diecinueve años, ¿dónde te ves dentro de diez?
Tengo muchos planes, pero también me gusta mucho la improvisación. Podría decirte muchas cosas, pero haga lo que haga, solo espero estar pasándolo bien en algún rincón bonito del planeta.